martes, 9 de abril de 2013

Gran anécdota de Darío Dubois

Leído por Francisco en el Programa 17


Una tarde a mediados de 1995 jugaban Acasusso y Lugano en Boulogne. Por ese entonces una empresa sponsorizaba a Lugano y prometía pagar a los jugadores 40 pesos por partido ganado. Venían con una racha de tres victorias y la empresa no cumplía: "Resulta que el primer partido que ganamos no nos pagaron, entonces decidí llevarme una cinta aisladora negra para taparme la publicidad de la camiseta. Pero justo en ese partido me la olvidé. Entonces, como había llovido, apenas salimos a la cancha hice como que me persignaba (todos los jugadores hacen eso, pero yo no creo en ninguna religión), agarré barro y me tapé la publicidad. La camiseta naranja quedó cubierta con barro. Me puteaban todos, hasta mis compañeros, no entendían nada, el sponsor se cagaba de risa de nosotros, ¿entendés? No nos pagaban, y yo con esa guita viajaba. Después en la semana, la comisión se juntó y me querían suspender, pero no lo hicieron". Pero Dubois pagó el precio de su rebeldía. En el 96’ jugaban el clásico contra Sacachispas y tampoco les habían pagado lo prometido. "Ese partido me junté con todos los jugadores y les dije que si no pagaban, no jugábamos. Mientras estábamos aguantando apareció un auto con la plata y le dimos para adelante, creo que al final perdimos. La fecha siguiente jugamos contra Claypole en Tapiales y el técnico me dejó en el banco por la actitud que había tenido la fecha pasada. Iban 40 del segundo tiempo y perdíamos 5 a O. El técnico me manda a calentar. En ese momento pensé’ este tipo está loco, perdemos por goleada y me pone a mí, que soy defensor’. Ahí nomás me saqué la camiseta y se la tiré en la cara. Después de eso se pudrió todo, me corrían todos, el técnico y sus ayudantes".



Esta anecdota está redactada en la edición número 38 de la revista Sudestada:
http://www.revistasudestada.com.ar/web06/article.php3?id_article=56

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